Ilumina sus días, en todo lo que hace aparece ella, dándole una razón hiperimportante a su vida. Recorre un haz de luz todo su ser, él vivo aún después de tanta emoción contenida, suspira y vuelve al suspirar cada vez que su pensar se posa en aquella perfecta mujer, hecha de carne pero envuelta en un sinfín de escalofriantes razones para vivir en suma felicidad.
Entre las cinco y las siete salió para dar un reconfortante paseo, pudo sentir la presencia de ella todo y cuando no la tenía en su mente. Quería deshacer por un ratito toda huella que le representara energía alguna dedicada a ella, estaba seguro que la tenía dentro de él más aún cuando no pensaba en ella.
Si! si... Creía tener la manera de sorprender a la criatura! Sólo un instante después cesó en el intento. No parecía ser buena idea! Ella merecía algo más que un ramo de rosas rojas con una nota de alguien invisible, enamorado pero... anónimo. Debía amasar algunas ideas más perfectas y convertir el momento futuro de conocerse en algo inolvidable, donde repercutiera por siempre en un recuerdo duradero y vital, puro y resistente como un diamante, e igualmente querido y protegido.
Aquella tarde disfrutó de una soledad compartida a la par, con su musa que se presentaba ante él, cándida y pura, que es como quería verla y sentirla.
Casi siempre en la vida, reflexionó, cuando construyes enormes espectativas hacia alguien, hacia algo o hacia alguna situación, probablemente el castillo se desmorone como polvo en una terrible tormenta de arena. Él sabía de todo ese riesgo, era consciente que el suceso que se le presentaba dejaría una enorme huella dentro de él, pero aún siendo lo más negativa del Universo, se decía... Venga hombre! Sólo debes disfrutar el "carpe diem", y ahogar todo pensamiento dañino, sabía que todo eso llegaría pero sólo le importaba el ahora, el ya! Después... siempre habría tiempo para el después.
martes, 6 de enero de 2015
Todo es ella!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario