Abrió la puerta de la tienda y se resistió a mirar al frente. Hacía mucho que ella entró y todavía no había salido, así que decidió comprobar el porqué de su tardanza.
Hay momentos en la vida que cuando los vemos en el futuro sentimos tanta añoranza que desearíamos haberlos vivido con muchísima más intensidad. Este sin duda podría ser uno de esos episodios, por eso el decidió estrujar la situación, aunque tenía bien claro que siempre sentiría no haberlo vivido lo suficiente.
Por fin alzó la vista y... encontró todo un tumulto de gente comprando y todo un equipo de dependientas bestidas de azul atendiendo a sus clientes. De repente una sombra rubia iluminó todo el espacio! Todo a su enrededor se aclaró y convirtió el aire en un dulce aroma lleno de afrodisíacas sensaciones, donde todo se nublaba y todo se borraba, pero sólo alguien se pronunciaba en Diosa... Era ella!
Pasó a un metro de él y al cruzarse las miradas ella le susurró una sonrisa débil pero enormemente jugosa y llena de enormes espectativas.
El diamante negro arrancó a andar y al salir de la tienda pensó en el grandísimo juego que le esperaba con aquella bella dama. No sabía nada acerca de ella, pero tenía claro una cosa... No pudo cruzar palabra con ella! Se sintió super-ruborizado, eso parecía la mejor noticia del día.
martes, 6 de enero de 2015
La obsesión no sale...
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