El diamante negro se dice tantos pensamientos... Sigue esperando a su musa, pero... no halla. Entre tremendos ensueños donde se ve feliz y donde aprecia sobre manera su ser, no encuentra razón sin un motivo que le lleve al culminar toda su expresión humana. Por eso vuelve al pensamiento inicial, vuelve y vuelve sin cesar en el intento de convertir a alguna fémina en la diosa más feliz jamás conocida.
Sigue esperando que salga esa hermosa criatura, hace frio, introduce la mano en el bolsillo pero... a demás de contar las monedas sueltas siente la calidez de su miembro, esto le gusta, mientras se dibuja una leve sonrisa en su rostro. Sigue esperando que salga.
lunes, 5 de enero de 2015
Inventarse de nuevo
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