Diamante negro... Siempre audaz!
Lo que a cualquier mortal no le sucede en toda su vida, si... ahí está el, para quitarle complejos a lo desconocido, a lo auténticamente sorprendente y vivaz.
Se oía la música de George Michael y su tema "Jesús to a Child", quiso detener el CD pero cuando salió por la salida 6 hacia el área de servicio decidió saborear toda la canción, disfrutando del débil reflejo del Sol que calentaba su rostro y también disfrutando de esa dulce balada mensajera de recuerdos venecianos en la cumbre de su más tierna juventud.
El transcurrir del gentío no le impedía retozarse entre sus recuerdos y así fué devorando toda la canción, mitad Venecia y mitad Sol.
De repente sintió deseo de orinar! pero acabó paladeando las últimas notas de George. Encogió levemente el abdomen para frenar el apretón, cuando estuvo a punto salió del coche y se dirigió al servicio.
Entró sin más, cerrando la puerta enérgicamente con los pantalones medio bajados. La situación merecía un Carpe Diem, cerró los ojos por el placer de evacuar al fin, después se fijó en todo el habitáculo, un pequeño servicio repleto de graffities con mensajes bordes y números de teléfono. Reparó en lo que sería su momento más in del día.
Un Glory Hole! -Exclamó, mientras se limpiaba cuidadosamente su pene. Echó entonces el cerrojo y volvió a examinar con mimo ese agujero glorioso con el que tantas veces había soñado. Era una de sus fantasías más deseadas... Y ahora lo tenía justo delante de él.
Se agachó para mirar por el agujero rodeado por una cinta de precinto de color gris, al otro lado de la pared, el servicio de señoras. Aunque más grande y más limpio no dejaba de ser un cuchitril.
Pensó en utilizar aquel Glory Hole con alguna dama pero había un interrogante. Habría alguna fémina atractiva y algo viciosilla que le hiciera cumplir su cometido? Eso le llevó a abordar la operación y desilusionado salió del servicio.
Los astros, las estrellas y las constelaciones seguro que esa tarde estaban con el Diamante negro. Al salir se cruzó con una chica de unos treinta años, alta y morena, realmente atractiva. Él tuvo los reflejos de un auténtico depredador y echándose un poquito atrás le tocó el brazo a la chica diciéndole...
-Perdona! antes de que entres al servicio, podría coger un poquito de papel higiénico para limpiarme, ya sabes...
La chica ruborizada a la vez que satisfecha asintió con la cabeza desprendiendo una sonrisa picarona.
-No te molesto más, es que yo... Necesito limpiarme después de, más o menos como vosotras -aclaró riendo el Diamante negro.
Ella dibujó otra sonrisa y exclamó -te comprendo, no hay mejor sensación que sentirte limpio- y se metió en el cuchitril lentamente, luciendo su figura, ágil y delgada.
El Diamante negro, raudo y veloz se volvió a meter en el servicio de caballeros, echó el cerrojo y empezó a desabrocharse el botón del pantalón, se bajó el slip cogiendo enérgicamente su pene habiéndole el molinillo.
domingo, 18 de enero de 2015
Glory Hole 1
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