Hay momentos en la vida de un hombre que se debe lanzar al vacío, Diamante negro pensó que ese era uno de ellos. El destino había puesto la salida 6 de la autopista, había conjugado en el tiempo coincidir con aquella muchacha y lo más sorprendente... Tenia delante de él un "Glory Hole "! No había excusa, era irremediable, casi obligado, debía introducir su pene en aquel maravilloso agujero y dar paso al destino de nuevo, llevándose a la gloria o dejándole con un buen calentón.
Siguió rotando su pene de manera constante y entusiasta, ahora para un lado y después para el otro hasta dejarlo en un estado semirigido.
Se agachó para mirar por el agujero sin dejar de acariciarse el falo.
La muchacha estaba de espaldas al él, debía estar retocándose frente al espejo. Podía comprobar las formas sinuosas del culo de la chica, era perfecto! Bueno, pensó que quizá un poquito más rechoncho sería el culo ideal, de todas maneras fantaseo con todas y cada una de las formas de aquel culo. Imaginó que sin duda debía llevar braguitas ya que debajo de aquel pantalón vaquero se pronunciaban las costuras, justo en la base de los glúteos.
La chica ondeó su melena haciendo un gesto para atrás mientras se giraba y echaba mano al botón del pantalón. Ahora venía lo bueno, pensó Diamante negro que seguía agitando su pene para mantenerlo erecto. Notó la presencia de su líquido preseminal, no dudo, masageó todo su capullo dejándolo bien lubricado y brillante.
La chica se bajó los pantalones contoneándose y haciendo como un movimiento de baile que le hizo recordar la bachata. Ella se bajaba los pantalones echando un poquito en culo para atrás, se fue flexionando hasta llegar casi a tocarse los zapatos, entonces bajó la tapadera del retrete y con un movimiento ágil y veloz se bajó sus braguitas blancas hasta la altura de las rodillas. Por desgracia para él no le pudo ver nada más ya que la tenía de perfil y lo único que le quedó a la vista fué solo su muslo aplastado reposando sobre la taza del water.
Pensó que... Ahora o nunca! Debía hacerlo. Se levantó y acercó su pene al agujero, no estaba rígido del todo pero si era atractivamente seductor. La suerte estaba echada!
No sabía entonces que hacía la chica, posiblemente viera el agujero deseando que saliera de él un hermoso rabo o simplemente podía no haberse cerciorado de él, lo que estaba claro es que debía darse prisa, no sabia cuanto tiempo más ella iba a estar allí.
Se cogió el capullo y empezó a introducirlo por el agujero repitiéndose una y otra vez... -Tío, estás loco!
lunes, 19 de enero de 2015
Glory Hole 2
domingo, 18 de enero de 2015
Glory Hole 1
Diamante negro... Siempre audaz!
Lo que a cualquier mortal no le sucede en toda su vida, si... ahí está el, para quitarle complejos a lo desconocido, a lo auténticamente sorprendente y vivaz.
Se oía la música de George Michael y su tema "Jesús to a Child", quiso detener el CD pero cuando salió por la salida 6 hacia el área de servicio decidió saborear toda la canción, disfrutando del débil reflejo del Sol que calentaba su rostro y también disfrutando de esa dulce balada mensajera de recuerdos venecianos en la cumbre de su más tierna juventud.
El transcurrir del gentío no le impedía retozarse entre sus recuerdos y así fué devorando toda la canción, mitad Venecia y mitad Sol.
De repente sintió deseo de orinar! pero acabó paladeando las últimas notas de George. Encogió levemente el abdomen para frenar el apretón, cuando estuvo a punto salió del coche y se dirigió al servicio.
Entró sin más, cerrando la puerta enérgicamente con los pantalones medio bajados. La situación merecía un Carpe Diem, cerró los ojos por el placer de evacuar al fin, después se fijó en todo el habitáculo, un pequeño servicio repleto de graffities con mensajes bordes y números de teléfono. Reparó en lo que sería su momento más in del día.
Un Glory Hole! -Exclamó, mientras se limpiaba cuidadosamente su pene. Echó entonces el cerrojo y volvió a examinar con mimo ese agujero glorioso con el que tantas veces había soñado. Era una de sus fantasías más deseadas... Y ahora lo tenía justo delante de él.
Se agachó para mirar por el agujero rodeado por una cinta de precinto de color gris, al otro lado de la pared, el servicio de señoras. Aunque más grande y más limpio no dejaba de ser un cuchitril.
Pensó en utilizar aquel Glory Hole con alguna dama pero había un interrogante. Habría alguna fémina atractiva y algo viciosilla que le hiciera cumplir su cometido? Eso le llevó a abordar la operación y desilusionado salió del servicio.
Los astros, las estrellas y las constelaciones seguro que esa tarde estaban con el Diamante negro. Al salir se cruzó con una chica de unos treinta años, alta y morena, realmente atractiva. Él tuvo los reflejos de un auténtico depredador y echándose un poquito atrás le tocó el brazo a la chica diciéndole...
-Perdona! antes de que entres al servicio, podría coger un poquito de papel higiénico para limpiarme, ya sabes...
La chica ruborizada a la vez que satisfecha asintió con la cabeza desprendiendo una sonrisa picarona.
-No te molesto más, es que yo... Necesito limpiarme después de, más o menos como vosotras -aclaró riendo el Diamante negro.
Ella dibujó otra sonrisa y exclamó -te comprendo, no hay mejor sensación que sentirte limpio- y se metió en el cuchitril lentamente, luciendo su figura, ágil y delgada.
El Diamante negro, raudo y veloz se volvió a meter en el servicio de caballeros, echó el cerrojo y empezó a desabrocharse el botón del pantalón, se bajó el slip cogiendo enérgicamente su pene habiéndole el molinillo.
viernes, 9 de enero de 2015
Venice...
Estando allí en aquel café del centro hechó a andar la memoria. Su rostro se iluminó sólo recordando sus días más vitales en la romántica Venecia. Podría haber sido su estancia allí como un cuadro... Abstracto, conceptual en ocasiones, poco entendible, siempre aventurero y con adorables encajes frescos y joviales. En su memoria destacó muchos pasajes pero Diamante Negro se quedó con uno. Fué el afair que mantuvo con aquella negrita de la estación.
El cómo siempre acicalado a la vez que moderno y apuesto entró en el vestíbulo de la estación, sacó su billete y se sentó para hacer tiempo. Era verano, así que todo el mundo iba bien ligerito de ropa. Precisamente lo que le extrañó de aquella chica fueran sus vestiduras. Como a tres o cuatro metros vió una enorme melena negra y rizada que reposaba sobre el cuello de una especie de gabardina blanca de tela muy fina. Él deseaba verle el rostro, pero la chica permanecía de espaldas e inmóvil.
El transcurrir de la gente hacía que fuera perdiendo la visión en pequeños espacios de tiempo, así que decidió levantarse, caminar hacia ella y situarse justo enfrente. Por suerte para el encontró un asiento libre. Contuvo la mirada y en un espacio muy corto de tiempo indagó como seria de bella aquella chica. De una cosa estaba seguro, debía ser muy guapa! Notó antes de levantar la mirada cómo se movió la tela blanca de la gabardina, eso le hizo tan frágil que con un gesto enérgico, audaz y casi agresivo alzó el rostro, dejando a plena visión la figura de aquella chica.
Increíble! Superó con creces toda espectativa, aun mejor era inigualable, nunca pudo imaginar tanta belleza en un rostro femenino de raza negra. Se ruborizó cuando intercambiaron sus miradas, no le aguantó la vista ni tres segundos, abandonó y finalmente agachó la cabeza rendido ante tan sublime belleza.
Como puede ser alguien tan bello que requiera las miradas de la gente con tanto ansío, con tanto deseo. Aquel rostro gritaba en alaridos pidiéndole que volviera a contemplarlo de admiración.
Alzó su rostro dibujando una sutil sonrisa en el momento en que ella ya sabía que le había embrujado con un hermoso hechizo.
Volvieron a cruzar las miradas, esta vez le contuvo todo el tiempo del mundo... Esta vez creía estar poseído, contempló su rostro, fino cómo como la brisa más ligera que jamás pudiera haber imaginado. Voraz, devoró sus enormes ojos y su estilizada nariz, admiró la perfección de su cabello, intuyó el suave perfume de su cuerpo. Todo ello le hizo susurrar una palabra, entonces pronunció ... guapa!
Ella sorprendída le insinuó una mirada de desaprobación, él entendió que no le había gustado toda su admiración menos aún cuando articuló la palabra... guapa.
Se moría de la vergüenza cuando vió que ella se levantaba de su asiento y se dirigía hacia él.
Hasta acercarse, su caminar le pareció el más lento del mundo, los segundos parecían horas. Cuando estuvo frente al él la chica puso los brazos en jarra y le dijo... -Porque me miras de ese modo, nunca has visto a una negra?
Él se quería morir, pero improvisó con destellos de auténtico gentelman y contestó.
-Mira preciosa... No te sientas incomoda, te miro de ese modo porque jamás he visto una chica tan guapa como tu. Te pido mil disculpas.
La chica sonrió tapando su boca a la vez que echaba un paso hacia atrás.
El se levantó y le susurró...
-Tienes prisa...?
Sin duda fué un mágico momento. El final de aquel flirteo lo gozó sumamente melancólico en aquel café del centro. No estaba en la romántica Venecia, pero aquí se encontraba su musa, toda la razón de ser hoy, mañana y siempre.
jueves, 8 de enero de 2015
Un baño con ella...
Se levantó la mañana muy fría, diamante negro pensó que esa clase de frio encoje todo, todo minimiza poniendo a los cuerpos una dosis de conservación.
Todo era vapor donde a penas de veía nada, él al salir de la bañera comenzó a regatear el vaho, se fijó en lo apetitoso que había dejado su baño, entonces no se lo pensó y se volvió a meter en el agua cubierta de espuma y perfumada de sales, sólo debía invertir un poquito más de tiempo en darse gusto, disfrutar del calentito del agua y porque no! Podía masturbarse, ahora con la calidez de aquella ambrosía, siempre sería más agradable.
Comenzó por suavizar sus muslos, acariciándolos con sus manos rugosas
y estriadas por el largo contacto directo con el agua durante tanto tiempo. Alimentaba su mente de ensoñaciones con hembras diversas, nunca lo hizo pensando en ella, en su musa. Utilizaba su base de datos repleta de mujeres, unas conocidas otras sin embargo sólo vistas una o dos veces. Estimuló cada uno de sus músculos, llegó acariciándose a zonas mucho más erógenas. Notaba cómo su miembro muy poco a poco iba endureciéndose y tomando un aspecto mucho más grueso.
Masageó toda la zona testicular, primero con sumo cuidado pero después con trato enérgico y voraz como si de un amasijo de carne se tratara. Estrujaba su bolsa dejando escapar los testiculos, primero dejaba salir a uno después a otro y así repetidamente hasta alcanzar la total rigidez del miembro que hacía de boya entre una nube de espuma.
Contemplaba su glande enrojecido y viscoso cada vez más grueso, pronunciando meticulosamente todas sus formas.
Intercambiaba imágenes de chicas en su mente sin poder concentrarse solamente en una. Esto le despistaba! Enfurecido cerraba los ojos forzando una concentración mayor, cada vez que veía una imagen clara de alguna chica, entraba en su mente su musa, la de siempre, su amor; eso le perturbaba... Así que no pudo culminar su masturbación. Preocupado salió de la bañera con su miembro aún erecto y dando saltitos por el bombeo inconsciente de la sangre.
Aturdido y no menos que preocupado se secaba, mientras encontró otro hueco para acordarse nuevamente de ella...
miércoles, 7 de enero de 2015
De amores perdidos...
El diamante negro pensó en sus amores. Dos mio! No tuvo muchos que realmente le robaran el corazón, fueron tres o cuatro. Era enamoradizo a la vez que locuaz con sus relaciones, a menudo obsesivo y delirante, siempre apasionado.
Lucía un aspecto siempre apurado y pulcro, cuidando el más mínimo detalle. Detallista, pero sobre todo... romántico. Era capaz de imantar un embrujo en el que todas las féminas podían caer rendidas a sus pies. A veces engreído, siempre presumido y amable. Podría haber vivido en otro momento de la historia, donde los caballeros impregnaban de todo amor educado a sus damas, en un mundo fielmente machista, si! Pero caballeresco ante la sociedad.
No escatimaba ni reparaba en gastos cuando se trataba de complacer a su compañera, generoso donde los halla daba ejemplo y entusiasmaba por donde quiera que pasaba.
Eran momentos difíciles en la economía de su país. Una fuerte crisis económica azotaba los hogares de muchos de sus amigos y conocidos. Él podía vivir desahogadamente cerca de los albores de la abundancia, pero era humilde, creía y defendía los valores de la comunidad. Pensaba siempre en la figura de un "Juan Nadie ", quien pudiera bombear de una vez y por todas tanta injusticia social y tanto descrédito a la naturaleza más auténtica y genuina del hombre, ayudarse los unos a los otros compartiendo amor y caridad sin querer recibir nada a cambio.
Podría llamarse iluso pero... al fin lo único que contaba para él era una buena dosis de caridad y amor desinteresado al prójimo.
El hombre en momentos de auténtica desesperación ya no tira de compasión ni de caridad para aliviar al más débil, ya no rescata ni tan sólo de cobijo espiritual, solamente cree en su refugio como buen egoísta, egocéntrico y materialista. Amigo... No da ayuda aunque nade entre ríos de dinero. Que triste! Pensaba.
Siempre se ve como espejo al vecino y siempre lo utilizamos cómo excusa para no hacer nosotros las tareas de ser humano. Como voy a hacer yo algo generoso cuando nadie se compromete a hacerlo, nadie derrama una sola lágrima por nadie!
...Y es así como nos quedamos. Inertes!
Sólo la figura de un "Juan Nadie "nos puede traer la salvación. Se repetía una y otra vez.
martes, 6 de enero de 2015
Todo es ella!
Ilumina sus días, en todo lo que hace aparece ella, dándole una razón hiperimportante a su vida. Recorre un haz de luz todo su ser, él vivo aún después de tanta emoción contenida, suspira y vuelve al suspirar cada vez que su pensar se posa en aquella perfecta mujer, hecha de carne pero envuelta en un sinfín de escalofriantes razones para vivir en suma felicidad.
Entre las cinco y las siete salió para dar un reconfortante paseo, pudo sentir la presencia de ella todo y cuando no la tenía en su mente. Quería deshacer por un ratito toda huella que le representara energía alguna dedicada a ella, estaba seguro que la tenía dentro de él más aún cuando no pensaba en ella.
Si! si... Creía tener la manera de sorprender a la criatura! Sólo un instante después cesó en el intento. No parecía ser buena idea! Ella merecía algo más que un ramo de rosas rojas con una nota de alguien invisible, enamorado pero... anónimo. Debía amasar algunas ideas más perfectas y convertir el momento futuro de conocerse en algo inolvidable, donde repercutiera por siempre en un recuerdo duradero y vital, puro y resistente como un diamante, e igualmente querido y protegido.
Aquella tarde disfrutó de una soledad compartida a la par, con su musa que se presentaba ante él, cándida y pura, que es como quería verla y sentirla.
Casi siempre en la vida, reflexionó, cuando construyes enormes espectativas hacia alguien, hacia algo o hacia alguna situación, probablemente el castillo se desmorone como polvo en una terrible tormenta de arena. Él sabía de todo ese riesgo, era consciente que el suceso que se le presentaba dejaría una enorme huella dentro de él, pero aún siendo lo más negativa del Universo, se decía... Venga hombre! Sólo debes disfrutar el "carpe diem", y ahogar todo pensamiento dañino, sabía que todo eso llegaría pero sólo le importaba el ahora, el ya! Después... siempre habría tiempo para el después.
El día después
Esa mañana podría haber sido como cualquier otra, no fué así. El diamante negro había alargado todas sus espectativas hasta ese momento, el justo momento de ponerse a desayunar. Parecía comportarse de manera mecánica, sonambulesca, sin brío pero enzarzado en una vorágine de extensísimos pensamientos. Dulces pensamientos y todos dedicados a ella. Su "musa ".
Fantaseaba en cómo serían sus primeras palabras con ella, en cómo se sentiría ella al verle casi vencido por la vergüenza, como si de un chaval se tratara, es más alucinaba a cerca del olor el cual podría disfrutar de tan bella dama. Todo eso hizo que cerrase los ojos y entrase en un estado de semiconsciencia, ennuvulado por su fantasía quiso llegar más allá en su afán de maquillar su sueño hasta la más mínima expresión.
La imaginó de múltiples manera y de diversas situaciones. Pudo verla sentada al trote de una hermosa yegua a la vez que le ponía un fantástico vestido de brillantes donde se lucirían en un cóctel imaginario, pudo verla también recién levantada que es cuando la belleza se prepara para exponerse a los primeros rayos de la mañana. Estuvo a un paso de imaginarla levemente vestida y fué entonces cuando frenó sus más voraces deseos de animal racional... pero increíblemente irracional y poseído por un sentimiento llamado, deseo.
Admitió sus ansias de volverla a ver y tener otro cruce de miradas. Luego pensó que dejaría un ratito más suspendida su alegría. De momento quería disfrutar el momento, para eso debía comportarse cómo un verdadero jentelman y sacudir toda su emoción hecha pasión en algo inerte, inocuo, deslavado, light, hasta que pudiera tener contacto con ella debía ser así. Quería guardar todo eso tan lascivo para evocarlo después cuando estuviera frente a ella.
Llaman a la puerta! Por segunda vez... mientras el se despierta de un fastuoso ensueño. Es ágil y veloz, por eso se lanza a abrir... Quien será? Se preguntó entre gemidos del que todavía anda por el quinto sueño.
La obsesión no sale...
Abrió la puerta de la tienda y se resistió a mirar al frente. Hacía mucho que ella entró y todavía no había salido, así que decidió comprobar el porqué de su tardanza.
Hay momentos en la vida que cuando los vemos en el futuro sentimos tanta añoranza que desearíamos haberlos vivido con muchísima más intensidad. Este sin duda podría ser uno de esos episodios, por eso el decidió estrujar la situación, aunque tenía bien claro que siempre sentiría no haberlo vivido lo suficiente.
Por fin alzó la vista y... encontró todo un tumulto de gente comprando y todo un equipo de dependientas bestidas de azul atendiendo a sus clientes. De repente una sombra rubia iluminó todo el espacio! Todo a su enrededor se aclaró y convirtió el aire en un dulce aroma lleno de afrodisíacas sensaciones, donde todo se nublaba y todo se borraba, pero sólo alguien se pronunciaba en Diosa... Era ella!
Pasó a un metro de él y al cruzarse las miradas ella le susurró una sonrisa débil pero enormemente jugosa y llena de enormes espectativas.
El diamante negro arrancó a andar y al salir de la tienda pensó en el grandísimo juego que le esperaba con aquella bella dama. No sabía nada acerca de ella, pero tenía claro una cosa... No pudo cruzar palabra con ella! Se sintió super-ruborizado, eso parecía la mejor noticia del día.
lunes, 5 de enero de 2015
Inventarse de nuevo
El diamante negro se dice tantos pensamientos... Sigue esperando a su musa, pero... no halla. Entre tremendos ensueños donde se ve feliz y donde aprecia sobre manera su ser, no encuentra razón sin un motivo que le lleve al culminar toda su expresión humana. Por eso vuelve al pensamiento inicial, vuelve y vuelve sin cesar en el intento de convertir a alguna fémina en la diosa más feliz jamás conocida.
Sigue esperando que salga esa hermosa criatura, hace frio, introduce la mano en el bolsillo pero... a demás de contar las monedas sueltas siente la calidez de su miembro, esto le gusta, mientras se dibuja una leve sonrisa en su rostro. Sigue esperando que salga.
domingo, 4 de enero de 2015
La inconsciencia hecha realidad
Nunca pude averiguar el porque de mi acto, el porque de mi pensar, el porque de mi sinrazón… El caso es que cuando la vi se me fué mi consciencia y entré en un estado delirante, como si estuviera poseído. Lo que nunca puedes creer y nunca crees que te pueda suceder, es muy raras veces lo que ocurre… No quería que ella saliera de aquel establecimiento, yo la esperaba fuera, indefenso sin brío y a su merced.
Pensé entonces en todas mis locuras de jovenzuelo y casi me emocioné, aún cuando tuve un momento de lucidez pensé de nuevo en ella.
Yacía en rededor mio un halo de energía que me tenía totalmente cautivado, es más! Alucinado. No veía el momento de verla aparecer, sin embargo cada segundo parecía una condena más de esta horrible pero a la vez adorable situación.
El diamante negro
Breve iluminación de... El diamante negro. Con todos sus estigmas, miedos y angelicales pensamientos, en un momento preferido por el destino expuesto para el. Desde este lado... Te deseo toda la suerte!