miércoles, 11 de marzo de 2015

Glory Hole 3

Doy las gracias a mi amigo Franky por haberme empujado a ejecutar "por fin", nuestro "Glory Hole 3". Espero no defraudar en el contenido y espero también que disfrutéis de este breve relato fantaseando, tanto ellos como ellas.

El "Diamante negro" se encontraba ante una situación realmente atrevida y descarada. No reparó en despilfarrar kilos y kilos de arrojo y valentía; al otro lado del tabique había una chica deseando ver aparecer un fantástico rabo. Eso quería pensar él! Debía ser su rabo!, sólo un cobarde desistiria y echaría a correr en busca de su "mamá".
Pensó en su amigo Franky cuando un día le dijo que su pene era de carne. Empezaron a tratar el tema llegando a la conclusión que realmente lo que pone a una chica es un pene visualmente hermoso tanto en su grosor como en su longitud. Después lo que importa de verdad es que esté duro y que dure. Pero amigo mío... Se gozó pensando el Diamante Negro, no hay nada más hermoso en esta vida para una mujer que trabajar un rabo visualmente pequeñito de sangre y hacerle crecer y crecer hasta convertirlo en un falo espectacular.  Oh! que sensación más sexualmente enriquecedora...  Sin duda el rabo del Diamante Negro era un rabo de sangre.
Ahora lo tenía entre las manos casi en su rigidez completa, acarició su capullo con un sutil mimo dejándolo brillante después de masajear su líquido preseminal, era el momento, empezó a introducir el capullo en el "agujero de la gloria", sintió como un halo de despedida al ver que poco a poco su polla iba desapareciendo y dejaba paso a todo un Universo de maravillosas espectativas.

La chica sentada en el retrete ojeó a su enrededor, sólo contempló mugre y graffities con contenido sexual, en el suelo vió una revista pornográfica, no se pudo contener y la cogió para ojearla. Empezó a fantasear al ver tantos falos en hombres atléticos y guaperas. No se pudo contener... Empezó a tocarse ligeramente mientras mezclaba parte de la micción y su flujo tempranero y de momento escaso pero suficiente para lubricar su vulva enrojecida.  Se iba frotando mientras con los ojos cerrados soñaba con tener uno de esos falos entre sus manos. 

De momento ignoraba que justo a su derecha iba apareciendo por ese Glory Hole todo el rabo de nuestro Diamante Negro que desde el otro lado andaba casi rezando para no ser rechazado, nada más lejos de la realidad, la chica fantaseaba en un sueño sexual y profundo. 

Él hubo introducido ya todo el miembro y permanecía a la espera de su gloria particular. Ella permanecía incubando fantasías mientras no dejaba de tocarse.

Parecía un momento sublime, dos almas unidas por un mismo destino y un absoluto desconocimiento entre ellas. Parecía que la unión de ambas fuera a ensamblarse en el más puro acoplamiento mágico y natural.

Diamante Negro sintió toda la extensión de su cipote en un estado super rígido a la vez que venoso. A cada segundo que transcurría le iba poniendo más y más intriga... Porque la chica no reaccionaba, no se oía y prácticamente anulaba su presencia. Pobrecito Diamante!  No sabía que detrás de aquella pared había una chica soñando lujuriosamente con los ojos cerrados, por eso no podía ver la tranca de nuestro Diamante Negro.

Ella frotándose con mimo pero un poquito más rápido a cada segundo, jadeaba sin dejar rastro sonoro alguno, hubiese bastado su despertar, que justo al abrir los ojos se hubiera topado con el regalo más preciado por ella en ese momento...  El rabo de nuestro Diamante Negro.

La situación se quedó en un albis casi perpetuo, donde a él le faltaban pocos segundos para la retirada y a ella le diese un síncope al ver semejante trasto delante de sus narices.